El envenenamiento producido por la toxina botulínica sugiere un cuadro de parálisis bulbar. Ptosis de los párpados, visión doble o borrosa, parálisis de la acomodación, arreflexia pupilar, estrabismo. Dificultad para tragar y respirar, se atraganta, salen líquidos por la nariz; boca seca. Mareos.
Dificultad para hablar. Debilidad e inestabilidad al caminar. Calambres en el estómago. Sed ardiente. Expresión como de máscara, por parálisis de los músculos faciales; caída de la cabeza por parálisis de los músculos de la nuca. Constipación severa. Disfonía. Ausencia de reflejos. Oliguria o anuria.
Debilidad en los movimientos respiratorios. Puede ser interesante pensar en su uso en casos de botulismo y Heine Medin.
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