** 1 - Hidrofobia: Clarke cita el caso de un niño mordido por un perro y que desarrolló poco después todos los síntomas de rabia: gran excitabilidad y ansiedad, taquicardia, incapacidad de tragar y debía ser atado porque quería morder a sus cuidadores. Como último recurso, se le dio un trozo de una hoja de Agave, que masticó vorazmente. A la tarde, mejoró sus ataques nerviosos, y siguió comiendo Agave diariamente y tragando el jugo y la mejoría se fue acentuando. Al octavo día estaba curado y siguió bien.
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